INTERCAMBIO01 

APUNTES DESPUÉS DE LAS 18(2019)              

POR ︎︎︎

Cuaderno- nombre uno, nombre dos, una foto. El cansancio no existía- ni el hambre. Un pie, otro pie, tierra, una bolsa, un plátano, pizza y helado. Nos tiramos al sol y ahí bajo todo, dejamos de ser máquinas cuando relajamos los músculos.

El primer día fui al Arsenale, sola. Intento rehacer la ruta y me pregunto en qué momento no tomé más que dos o tres fotos. Al segundo fui a Giardini. En una de las pocas imágenes encuentro este texto (1) extraído de uno de los proyectos, el del Pabellón Japonés, que me generó curiosidad, por mezclar disciplinas, por la disposición arquitectónica y por ser como un cuento, y cerrar bien todos los tubos que conectan con cada esquina. Sentada en el colchón naranja pienso en la ficcionalización de fenómenos que se conectan con la realidad, por un momento recuerdo los cuentos que nos leía Josie cuando la visitamos en su estudio. O las historias que cada artista sitúa detrás de sus trabajos, como las explican, un relato.

Más tarde vi a Ian, Ziva, Villiam y Mikkel. Hice cola para el Pabellón Francés, entramos todos y nos perdimos dentro. Era fácil entre vídeos, esquinas, trucos de magia y bailes.
Volví a caminar. Adri, nos llamaste y te fuimos a encontrar con Luisa.
Al tercer día volvimos a Giardini, bueno yo llegué antes (vosotros tarde) y en la espera hablé con Miguel.  Nos alejamos de todos para pasear solas.
Adriana, ¿te acuerdas de cómo te gustó el vídeo del Pabellón de Brasil? Repetimos y le mandaste vídeo a Albert. Le dijimos a Ian que fuera, ¿nos hiciste caso? (No puedo hacer memoria).



︎︎︎Hablamos de cómo había disfrutado de los vídeos. Es extraño porque es lo que necesita más tiempo, lo que requiere mayor concentración, pero lograron atraparme en el tumulto de imágenes. Hablamos mucho entre nosotras ese día sobre la Biennale. Me hubiera gustado grabarnos, como Okariz, desde atrás. Reflexionamos tanto que ya no sé en qué nos flexionamos y acabamos tiradas en una plataforma de madera. Mareadas, las nubes pasaban. Tomamos un café. Salimos y nos fuimos al bar más cercano, los demás habían decidido hace unas horas volver al Arsenale.


Pedimos campari y seguimos hablando. Sacamos las notas. Decidimos qué hacer con la pintura de Diezma para Plat (o más o menos); le dimos vuelta por delante, los lados, cada hilo y tiramos hasta que se desmenuzó. Mezclamos lo personal con esto, que al final es más íntimo que la mayoría de asuntos que se supone que lo tienen que ser.  

Hoy repaso los mil papeles que coleccioné y que podrían haber sido más, en ellos subrayé las siguientes frases:

“a vortex of deep listening”
“formas intersticiales”
“Jorge Luis Borges and Italo Calvino, the two greatest contemporary labyrinthologists according to the mathematician Pierre Rosenstiehl.”
“The snails read”
“past cosmological epochs”


¿Dónde dejas todos estos papeles que acumulamos feria tras feria, exposición tras exposición? Teniendo en cuenta que vivimos siempre a medio camino de algo. Los míos, la mayoría, están debajo de mi cama, en mi pueblo, en un aparente orden que es sólo entendido -a veces- por mí, como la letra. Forman un mapa en el que recuerdos se ligan a hojas de sala o postales de nombres que pretendo recordar pero ahí están, debajo de la cama.



POR ADRI ︎︎︎

¿Dónde dejas todos estos papeles que acumulamos feria tras feria, exposición tras exposición?

Habitación uno, cortinas bajadas, oscura, cajón izquierdo del armario a la derecha de la puerta. Tercer cajón, lo abro, en el medio hojas de sala en sobres, una agenda.
Las siguientes anotaciones:

1

Cosmo-eggs’ dice mi libreta abierta a página 35, —la obsesión de numerar  las páginas, fecha y día de la semana,—entramos en el pabellón de Japón curado por Hiroyuki Hattori, tú ya lo conocías y me guiaste con facilidad dentro del espacio, al centro una estructura inflable color naranja, ponte allí, sí, exacto, pose natural, y doone! empiezo a coleccionar hojas de sala, yo las mías las dejo en sobres, perfectamente dobladas, son de esos objetos cuya función termina al salir del espacio expositivo, una vida breve, a mi me gusta conservarlas por lo que tú dices, por ser un mapa del movimiento de los cuerpos, son en efecto reliquias. El diálogo entre Motoyuki Shitamichi, Taro Yasuno, Toshiaki Ishikura y Fuminori Nosaku es armonioso, te veo asentir con la cabeza, y mira Adri los cuentos mitológicos de Ishikura, alegoría mitopoiètica (2). Me encanta la elegancia con la cual el pulmón sonoro de Yasuno se inscribe dentro del espacio arquitectónico del pabellón. ‘Cosmo-eggs’, dice mi libreta abierta a página 35 y al lado una anotación: véase. Michail Bulgakov, Le uova fatali.


2

Swinguerra’, pág. 37. Anotación uno, Pabellón de Brasil, Wagner & de Burca, bailes de la periferia de Recife, asterisco (*), más abajo especificado (*) Recife, ciudad del Estado de Pernambuco. Tensión política y social, cuerpos no binarios en movimiento. Fluida exploración, Lucía admite que se emocionó — miramos el video hasta el final. Uno. Dos veces, salimos del pabellón.



3

Spider/Web Pav. 7: Oracle Readings, Weaving Arachnomancy, Synanthropic Futures: At-ten(t)sion to invertebrate rights!‘, pág. 38. Tomás Saraceno, claramente. ¿Está Tomás Saraceno inspirado por Walter Moers? Anotación dos, asterisco (**), más abajo especificado (**) Véase. Rumo e i prodigi nell’oscurità, vuelve otra vez este libro. Noctambulotti monta una carpa de circo en Croccamauria, invita los visitantes a entrar en un espacio oscuro, ¿Quién de vosotros cobardes se atreve a descubrir su destino? Saraceno invita a adentrarse en un espacio privado de luz, donde viven las arañas, y la idea de Arachnomancy vuelve de forma cíclica a recordarme a Moers.



4

Más anotaciones, pág. 40 y siguientes. Pabellón de España, Sergio Prego, Itziar Okariz, ‘Perforated’. Jon Rafman, Pabellón francés, Laure Prouvost, asterisco (***), más abajo (***) véase conversación con Albert. Ryoji Ikeda- ‘Spectra III’, mancha de café interrumpe la página. Hay otras anotaciones que ahora quedan ocultas.


(1) One day, a man on the earth island foraged through the stones of a river and caught a catfish. In the same moment, the ground began to shake violently, and seething hot springs and boiling lava gushed forth and covered the island. Every last man on the island died that day, but a woman who had fled into the back of a cave was able to survive. She mated with the dish of the sea and gave birth to the mermaids. The mermaids taught the language of man to the creatures of the sea. Turtles and crabs kept their silence, but all the other fish filled the ocean with their noise. The sharks, disturbed in their sleep, came and swallowed them whole. The fish dissolved inside the sharks’ stomachs and turned into seaweed. The mermaids and a few fish had escaped the sharks and now wandered aimlessly through the oceans of the world. The whales offered them shelter but in return took man’s language away from the fish, silencing them once again. Only the fish who had hidden inside the whales’ baleens remembered how to speak the language of man.
(2) Mitopoiètico, (it.): lo que se refiere a la creación de mitos.


                                           
                                                                                              
                                                   
       



Mark